martes, 19 de junio de 2012

RIO+20, UNA CUMBRE QUE ARRANCA SIN AMBICIONES


Este miércoles arrancará la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible.

El fantasma de la decepción ronda en estos momentos por Río de Janeiro -como ya lo hizo en el 2009 en Copenhague (Dinamarca)-, donde este miércoles arrancará la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, denominada Río+20, por realizarse 20 años después de la Cumbre de la Tierra, en 1992.

Después de meses de discusiones, el martes a la madrugada por fin fue terminado el documento que será discutido desde este miércoles y hasta el viernes por delegados de 193 países y algunos presidentes.

El texto fue divulgado este martes extraoficialmente, pero organizaciones civiles que acompañan las negociaciones advirtieron que se había diluido para complacer a todos los países participantes, en lugar de fijar metas ambiciosas para el futuro. Incluso las negociaciones se vieron destinadas al fracaso, dadas las marcadas discusiones entre países ricos y las naciones en desarrollo.

Los países pobres sufrieron una derrota al ser rechazada una propuesta del G-77 + China (y que agrupa a América Latina) que buscaba la creación de un fondo verde con 30.000 millones de dólares anuales para financiar algunos proyectos de desarrollo sostenible en sus territorios. El tema fue descartado al generar disputas sobre quién debía contribuir y cuánto, en momentos que los países avanzados como Estados Unidos y los europeos enfrentan una crisis financiera.

La reforma del Programa de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente, para convertirlo en un órgano rector del desarrollo sostenible fuerte e independiente (otro de los temas que buscaban ser aprobados) también perdió respaldo por las discusiones que generó entre algunos países opuestos a aumentar las atribuciones de este organismo.

En conclusión, el documento final que se pondrá a consideración en estos tres días de discusiones se limita a impulsar a los gobiernos a comprometerse a minimizar efectos del cambio climático y a buscar alternativas de economía verde, sin poner metas ni plazos. Ni siquiera el tema de protección de los océanos dejó cifras claras para reducir la contaminación que los afecta.

"Nos hubiera gustado un texto más ambicioso, pero marca un hito. Fuimos lo más lejos que pudimos", dijo Nicole Bricq, la ministra francesa de Ecología.

Los países en desarrollo como Venezuela y Bolivia lamentaron la falta de promesas de los países ricos en financiación para la cooperación. El texto "es débil porque no incluye las obligaciones de los países desarrollados para el financiamiento de políticas sostenibles",dijo René Orellana, jefe de la delegación de Bolivia.

El documento "es un reflejo de lo que los países estamos dispuestos a hacer" pero hay problemas de financiación "porque ese tema dependía de los países desarrollados", dijo por su parte Claudia Salerno, jefa de la delegación de Venezuela. "El texto es un fracaso colosal de liderazgo y visión de los diplomáticos. Deberían estar avergonzados", remató el director general del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), Jim Leape.

El documento final de negociación no incluye ni siquiera la propuesta de Colombia, que buscada crear unos Objetivos de Desarrollo Sostenible, al nivel de los Objetivos del Milenio, en puntos como reducción de la pobreza, protección de mares, reducción del consumo y la promoción de las energías 'verdes', entre otros.

Desde México, sede de la reunión del G-20, el Presidente Juan Manuel Santos se refirió en este mismo sentido a la Cumbre de Río+20 y pidió a las naciones respaldar acciones concretas en materia de desarrollo sostenible."Lo que sí sería inconcebible es que de Río no saliera nada", expresó el Jefe de Estado.

Frente a la propuesta de Colombia relacionada con los objetivos concretos de desarrollo sostenible celebró que en las reuniones preliminares de Río+20 se estableció un grupo intergubernamental de 30 miembros que representen las seis regiones del mundo y que trabajaría desde septiembre próximo en identificar esos objetivos concretos y poner unas metas, sí así lo aprueban los gobiernos.

"Por eso mi llamado en este momento es a que, como grupo, como G-20, podamos en cierta forma darle la bendición a esta propuesta que ya está acordada en Río y tener alguna luz verde, porque, repito, no nos podemos dar el lujo en este momento de no tener una acción, cualquiera que sea. Es dar una señal de compromiso con el desarrollo sostenible", sostuvo.

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